3.10.11

Licenciada Batiatto

El día fue 10 de mayo de 2011 yo llegaba de lo que fue una de las peores cosas que me pasó en la vida. Una vida amorosa y hermosa destrozada. Cuando te conocí me resultaste familiar y tu cara no decía nada hasta que te dije de que se trataba, entonces cambio a una mezcla entre comprensión y lástima (reconozco la lástima cuando la veo, te acordás cuando te dije eso?).
En estos 5 meses me aconsejaste, me ayudaste, me animaste, me retaste, me criticaste, me dijiste, me gritaste y me liberaste.
Me mostraste muchas cosas sobre las relaciones personales, como funcionan, como no funcionan, como siempre van a estar llenas de mentiras y engaños ("de la muerte y de los cuernos no se salva nadie"), pero como también están llenas de amor y felicidad.

La vida como la vivía cambió (para mal)desde antes de llegar a tu consultorio, la vida como me gustaba ya no existía ni existe ahora, la vida como me gustaría que fuera nunca lo va a ser (eso ya lo hablamos), pero hay algo que sí cambió para bien. Me ayudaste como una profesional en varios aspectos, pero te sentía como una amiga aunque nunca lo puedas ser.

Siempre tuve miedo al psicoanálisis porque pensaba que era para personas que no sabían encontrar un rumbo con su vida, pero me enseñaste que todos cambian, que nada vuelve a ser lo que fue, que lo que fue pasó por una sola razón y lo que será depende de uno mismo y a veces de dos personas. Y mi vida llegó a eso, a estar en el mayor y en el mejor de los sueños y fue un despertar de golpe, una caída desde el paraíso. Pero valió la pena porque llegué a vos y tuve que reencontrarme con lo que había sido alguna vez. Es verdad que no voy a ser el de antes, es verdad que todo cambió y que aunque trate y diga y rece y maldiga y llore y pida y suplique y odie, nada va a ser como antes, pero yo tampoco.

Yo, yo, yo, yo es verdad que antes no usaba el yo, que te decía que me parecía malo hablar de uno mismo diciendo yo todo el tiempo, pero me enseñaste que hace falta para que te noten y se den cuenta de que estoy y de que existo y que soy como los demás.

En nuestra última sesión me dijiste la frase más hermosa que nadie me haya dicho antes, la que me espero me acompañe por siempre, la que cuando desespere va a estar ahí. No es una solución mágica pero ayuda mucho. Y por eso te doy las gracias.

No estoy curado, solo estoy. Estoy yo, estoy solo, estoy con amigos, estoy con Laura, estoy con mi familia, estoy con Defensores, estoy con mis compañeros de facultad, estoy con extraños, estoy con todos y estoy con nadie... ah no, estoy conmigo mismo. Yo no me puedo lastimar, yo no me puedo mentir, yo no me puedo engañar, yo no me voy a traicionar, yo no me voy a abandonar, yo no voy a dejar que nada me pase, yo me voy a proteger contra todos, yo, yo, yo y yo.

Gracias por ayudarme a que mis heridas sanen, a que mis heridas ya no duelan tanto, me demostraste que mi vida vale tanto como la de los demás, gracias por dejarme tu celular por cualquier cosa, fuiste una confidente y una amiga y una locóloga excelente.

Me diste el alta? o me dí el alta? Espero encontrarte en otras circunstancias.

Mi sesión terminó por ahora...

0 garabatos: